El feriado del 25 de mayo, la vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, realizó un discurso en Plaza de Mayo con motivo del 20 aniversario de la asunción presidencial de Néstor Kirchner. En su discurso, Kirchner cuestionó duramente a quienes plantean una dolarización, como Javier Milei, y recordó que en principios de los 2000 "explotó todo" cuando se terminó la convertibilidad de los años 90.
La ex presidenta enfatizó que "fueron los kukas los que pagaron los depósitos a plazo fijo con el Boden 12, el bono que se le entregó a cada uno de los que cuando fueron a buscar los dólares y los pesos a los bancos no estaban", refiriéndose a la crisis económica del 2001. Además, enfatizó que su gobierno es "infinitamente mejor de lo que hubiera sido otro de (Mauricio) Macri".
Kirchner también hizo críticas al Poder Judicial, considerando que "es necesario volver a darle al país un Poder Judicial que se ha evaporado entre las tramoyas de una camarilla indigna para la historia argentina". La vicepresidenta planteó que el máximo tribunal es un "mamarracho indigno" y que "los argentinos se merecen tener una Corte de Justicia que sea llamada como tal sin ponerse colorado".
En el cierre de su discurso, Cristina Kirchner convocó a la "tarea militante" de que "cada uno cuente este entramado de desinformación en cuanto a los verdaderos responsables de la situación que vive Argentina en materia de endeudamiento, falta de dólares y corridas que tantas veces han asolado a Argentina", para que "esta vez la gente pueda decidir con claridad pero sobre todo con información".
El discurso de Cristina Kirchner ha generado diversas reacciones y opiniones en Argentina y en el mundo. Mientras algunos la apoyan y ven sus palabras como una crítica necesaria a la situación actual del país, otros la critican por su gestión pasada y sus polémicas. Sin embargo, lo cierto es que el discurso de Kirchner refleja una mirada crítica sobre la economía y el sistema judicial, dos temas que son vitales para el futuro de Argentina.