Tras intensas negociaciones, la Comisión Provincial del Té (COPROTÉ) ha fijado el precio del brote de té en $32.50 por kilogramo de hoja verde puesta en secadero. Aunque este acuerdo representa un avance para los productores, quienes esperaban un valor por encima de los $50, su satisfacción se ve condicionada por la necesidad de un dólar agro más competitivo.
El tealero Cristian Klingbeil resaltó que este precio no es del todo satisfactorio para ninguna de las partes involucradas. La industria proponía una tarifa considerablemente más baja, mientras que los productores buscaban un valor más elevado. No obstante, Klingbeil señaló que existe la posibilidad de actualizar el precio en el futuro, si la situación económica lo amerita, tal como se hizo en temporadas pasadas.
La incertidumbre recae ahora en el tipo de cambio oficial y su impacto en la rentabilidad de los productores. Dado que más del 90% del té se destina a la exportación, el valor del dólar oficial juega un papel crucial en esta actividad. En comparación con el año pasado, donde se logró un mejor precio debido a un tipo de cambio favorable, lamentan que este año no se haya podido repetir dicha situación.
Los productores de té expresan su deseo de contar con un dólar agro competitivo que les permita trabajar en mejores condiciones y afrontar los crecientes costos. Algunos incluso sugieren que un tipo de cambio cercano a los 500 pesos sería lo ideal, considerando las dificultades que atraviesan diversas economías regionales. Sin embargo, reconocen que alcanzar esa cifra puede resultar incierto, especialmente en un año electoral.
En un esfuerzo por apoyar al sector, el Gobierno de Misiones ha acordado medidas adicionales. Se distribuirán 1.700 toneladas de fertilizantes a los productores primarios de té, con una devolución de 5.000 pesos por bolsa de 25 kg. Asimismo, se otorgará una bonificación del 20% en la factura de energía eléctrica durante 6 meses para los secadores de té a partir de noviembre de 2023.
A pesar de estas acciones gubernamentales, algunos productores consideran que estas medidas son solo "parches" temporales. El aumento significativo en los costos de los insumos amenaza la rentabilidad y la viabilidad de la próxima zafra. Si los productores tuvieran que cubrir el 100% del costo del fertilizante, se verían impedidos de iniciar la cosecha.
Además de las preocupaciones económicas, los productores también están atentos a posibles complicaciones climáticas. A pesar de la proximidad del invierno, las heladas aún representan una amenaza para los cultivos. Los pronósticos y el monitoreo constante son cruciales para evitar pérdidas en la producción.