En un hito significativo en la lucha contra el dengue, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) de Argentina ha dado luz verde a la comercialización de la vacuna TAK-003, desarrollada por el laboratorio japonés Takeda.
Esta vacuna, conocida como Qdenga, ha demostrado su eficacia en la protección contra los cuatro serotipos del virus del dengue. Con base en el virus del dengue tipo 2, la TAK-003 incorpora ADN de los otros tres serotipos, brindando así una cobertura completa contra la enfermedad. Su aprobación se suma a otros países, como Indonesia, la Unión Europea, el Reino Unido y Brasil, que ya han autorizado su uso.
La aplicación de la vacuna será a través de una inyección subcutánea, preferentemente en la parte superior del brazo. La TAK-003 se presenta como una opción tetravalente, ofreciendo protección contra los tipos 1, 2, 3 y 4 del dengue. Su administración requerirá de dos dosis, cada una con un costo de $37.500, a ser aplicadas con un intervalo de tres meses entre ellas.
Es importante destacar que la vacuna está destinada a todas las personas mayores de 4 años, independientemente de si han contraído previamente la enfermedad o no. Sin embargo, su uso no está recomendado para embarazadas, mujeres en período de lactancia ni para personas con sistemas inmunológicos comprometidos.
La duración de la inmunización se estima en cinco años, y las autoridades han establecido que la receta médica es obligatoria para recibir la vacuna. Actualmente, la TAK-003 está disponible en vacunatorios privados, y se espera que próximamente esté disponible en farmacias, aunque por el momento, solo una obra social ofrece cobertura.
A pesar de esta innovadora herramienta en la prevención del dengue, los expertos resaltan que la participación comunitaria en la eliminación de criaderos de mosquitos sigue siendo crucial. La vacunación se presenta como una estrategia complementaria para reducir la carga de enfermedad, pero no debe considerarse como la única medida preventiva, especialmente teniendo en cuenta la capacidad del vector Aedes aegypti para transmitir otras enfermedades como el zika y el chikungunya, para las cuales aún no existen vacunas.